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17 mayo 2008

Nuestro liceo pasa estos días por difíciles momentos:

Para nadie es un misterio los últimos acontecimientos ocurridos en nuestro establecimiento, como fue, la participación de nuestros alumnos en una jornada de protesta, donde quedaron rotos algunos vidrios producto de las piedras que lanzaron, lo que provocó la expulsión de algunos estudiantes desde el liceo, determinación que se tomo en un consejo de profesores, y que ha causado el rechazo de algunas autoridades de la educación.

Este lunes se conocerá el resultado del sumario instruido por la autoridad educacional, para determinar si la medida de expulsión se ajusta derecho, o fue tomada en forma arbitraria.

Además, existen una serie de problemas internos, que no han sido resueltos por dirección, y que afectan la buena convivencia en nuestro lugar de trabajo.

Es sorprendente ver como se ha denigrado a nuestro liceo haciéndolo aparecer como el más malo de la región, por lo cual somos catalogado como liceo prioritario, y nuestro equipo de gestión, salvo honrosas excepciones, avalo y promovió, para que fuera aceptado por los colegas.

También resulta preocupante, la aceptación como alumnos en nuestro liceo, de individuos con amplios prontuario policiales, por el peligro para nuestros estudiantes y profesores.

Resulta preocupante, el nivel de stress que presentan los “jefes de especialidad”, por la enorme carga de trabajo que realizan, por las pocas horas designadas para cumplir esta labor, ya que además deben realizar horas de clases.

Indignante ver como se ha enfocado la baja en la matricula de la especialidad de Construcción, con soluciones de corto plazo, como la de cerrar la carrera.

Impresentable resulta tener a nuestros alumnos sin un lugar para sentarse a tomar su almuerzo, y los profesores almorzando donde puedan.

Digno de ripley, el no tener una página web que nos permitiría salir a la comunidad, dando a conocer nuestra realidad.

Por otro lado, resulta decepcionante la poca capacidad de liderazgo de nuestra directora, que a casi 3 años de comenzada su gestión, aun se encuentra entrampada en conceptos maniqueistas, lo que ha derivado en una serie de malas decisiones, que afectan a toda nuestra comunidad.

Pero no todo es malo; y es gratificante, el cariño y profesionalismo con que enfrentan nuestros docentes su misión de sacar a nuestra juventud más vulnerable, del circulo de pobreza en que se han movido toda su vida y darles las herramientas necesarias para que emprendan una vida plena de éxitos profesionales.

Alegría inmensa, cada vez que nuestros alumnos egresados, son distinguidos por su calidad profesional y moral, en las distintas empresas donde realizan sus prácticas profesionales, y son contratados por esas mismas empresas.

Orgullo, cada vez que nos encontramos con algún ex alumno, y nos dice que está terminando sus estudios de ingeniería en la universidad.

Respeto, cada vez que reconocemos a miles de jóvenes que han pasado por nuestro liceo, trabajando como constructores, eléctricos, o mecánicos, y que se sienten orgullosos de su querido “Liceo Industrial”

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