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09 abril 2008

La Píldora del Día Después (Pero la intolerancia es de siempre)

Publicado por Carlos el 04 de Abril de 2008 en la sección Actualidad en delaRepublica

(Escrito por Matías y Carlos)

Desde ayer a medio día, la prensa viene informando algo que se veía venir, pero estaba poco ventilado: el Tribunal Constitucional (TC) habría prohibido la distribución de la llamada “Píldora del día después” en el sistema público. Aún falta ver qué dice exactamente el fallo, pero a partir de la solicitud de los diputados ante el TC, el fallo podría implicar también la prohibición de otros métodos anticonceptivos, como la T de cobre y una buena proporción de los anticonceptivos tradicionales.

Con esto, un grupo de nueve señores (cinco, en realidad, dado el fallo dividido) se pasa por encima de una iniciativa de salud pública del Ejecutivo, confirmada por la Corte de Apelaciones y sancionada positivamente por la Corte Suprema. Pero infinitamente peor, se intenta deshacer 40 años de política pública respecto de la planificación familiar que empezó con Frei Montalva y que ha continuado con poca interrupción desde entonces.

En lo más fundamental, la queja original de los diputados, y ahora aparentemente ratificada por el TC, representa la visión de país de los más intolerantes, ignorantes y conservadores de entre nosotros. Intolerantes, porque cualquiera sea su opinión y el proceso personal por el cuál llegaron a ella, han decidido imponerla a todo el país, fuera de las urnas, las salas del Congreso y todo el resto de los espacios democráticos que han tenido para convencer al país de que tienen la razón. Ignorantes, porque los argumentos científicos en que basan su petitorio los pone en oposición a la Organización Mundial de la Salud, los mejoresexpertos de Chile, y los profesionales mismos de la Salud, y en la triste compañía de aquéllos que en el pasado – y ya vemos, aún ahora – han elegido la ideología y el fundamentalismo religioso por sobre la evidencia, y se han opuesto a todo desde la teoría de la evolución al cambio climático. Conservadores, porque al atacar la provisión pública de un servicio necesario (amigos nos les faltan en el sector privado), atacan también a los que menos tienen y a los que están en más riesgo, creando otro sabor más de esa inequidad a las que sus ideas nos tienen acostumbrados. Conservadores también – y esto es lo más importante - porque en su intento de aferrarse a una utopía en que la mujer es objeto a ser dominado, cuyo útero es propiedad pública a ser regulada en una sociedad donde el sexo es pecado, están dispuestos a arriesgar la salud mental y física de millones de Chilenas.

En las próximas semanas, y mientras la discusión se aviva, considerando desde las dudosas teorías constitucionales que justifican la intromisión TC, la incongruencia ideológica de sus miembros, y mientras la frustración inicial se cristaliza en la movilización social, este inminente debacle de un aspecto fundamental de la política de salud debe servir como recordatorio de que al momento de elegir quién nos gobierna, todavía quedan muchos en este país que a pesar de toda la cháchara de mirar para el futuro, parecen suspirar de melancolía por una sociedad autocrática y machista que la mayoría de los Chilenos ha trabajado duro por dejar atrás.

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